miércoles, 14 de marzo de 2012

Perú: Ministerio cristiano ofrece solución a drogadictos



En el Perú existe un alto índice de drogadicción y adicciones en general, mal social que va en aumento sin mayor respuesta de solución por parte del Estado.

“Bueno, la problemática de las adicciones es algo muy complejo, no? las familias se encuentran muchas veces con un adicto en la casa, y no saben cómo manejar esta situación, no saben ni siquiera que es una enfermedad”, señala El pastor Julio Díaz Aparicio, psicólogo y Director de Sión Perú.

Ministerios cristianos ofrecen una solución integral y realista al problema de la adicción. En el distrito de Carabayllo, ubicado en una zona periférica al norte de Lima, funciona el centro de restauración para adictos, Sión Perú.

”Cada persona que tiene una herida en el alma va a buscar un calmante, cuando no conoce a Cristo, va a buscar un calmante. En este caso, en este programa acogemos a las personas que buscan cualquiera de esos calmantes, sea cocaína, alcohol, sexo, marihuana o trabajo no? Entonces en este programa que dura un año el interno va encontrando la raíz de su problema, dice la Biblia: “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” ”, añade Díaz.

Personas que han pasado por el mismo problema, aplicando la empatía reciben y orientan al adicto hacia un cambio de vida.

Miguel Ángel Sánchez, es el Coordinador de Programa Sión Perú. “Mi labor primordial es recibir a los internos que llegan, y darles el amor no?, comprenderlos, porque yo pasé por esa fase, yo pasé por todo lo que pasaron, lo que llegan ellos quebrados, quebrantados, llenos de aflicciones y todo lo demás“.

El tratamiento que se les da es cristocéntrico, que incluye terapias sicológicas, terapias laborales, estudios bíblicos y alabanza.

“Yo estaba realmente cochino, sucio, no quiero volver a pasar esos momentos y, durante el tiempo, durante los cinco meses que estoy acá Dios y los hermanos aca me han hecho cambiar mi vida, yo me entregue mas a Dios, yo antes sabia que existía Dios pero no lo conocía, ahora recién estoy conociendo a Dios y me siento mejor con eso”, dice el interno Ronald Marines.

Con una vida restaurada, los internos son reinsertados en la sociedad. Dani Virela da fe de ello la haber dejado el centro de restauración.

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