viernes, 30 de diciembre de 2011

Portadores de las Aguas de Bendición




Rev. Rubén Concepción

“Si alguno tiene sed venga a mí y beba. El que cree en mí como dice la Escritura de su interior correrán ríos de agua viva.”Juan 7:37-38.

“Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río.

Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. Y junto a él estarán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim será su tendedero de redes; y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande. Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas. Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.”Ezequiel 47:1-12.

Cuando nos acercamos al libro del Profeta Ezequiel nos encontramos con un hombre llamado por Dios para ministrar al pueblo de Dios que está en cautiverio. Ezequiel fue fortalecido por Dios, capacitado y enviado por Dios. Es considerado el hombre de las visiones. Él contempló la decadencia espiritual que hubo en Israel que provocó que la Gloria de Dios abandonara el templo (Ezequiel 8-11). Pero luego pudo contemplar cómo la Gloria de Dios regresaba al templo (Ezequiel 40-48).

En el capítulo 47, él describe la visión que tiene relacionado con las aguas que salían del Santuario de Dios. Cuando analizamos este capítulo nos encontramos con unas lecciones espirituales para nuestra vida. Vemos lo que somos, desde la perspectiva de Dios. Además cuál es nuestra responsabilidad y privilegio como instrumentos o vasos en las manos de Dios.

Al aplicar esta porción de las Escrituras a nuestra vida, nos damos cuenta que somos santuario de Dios. Pues la Palabra de Dios establece que somos “templo del Espíritu Santo”. Como templo de Dios somos fuentes o portadores desde la cual fluyen las aguas de bendición y gracia divina. El Señor Jesús dijo: “Si alguno tiene sed venga a mí y beba. El que cree en mí como dice la Escritura de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:37-38).

El ser llenos de las aguas de la bendición es producto de la fe. El Señor dijo: “El que cree en mí”. No dijo el que cree en las instituciones políticas, religiosas, económicas. Tampoco dijo; el que cree en las palabras de los hombres. Él dijo: el que cree en mí. Es solamente en Él. Él es el fundamento de nuestra fe. Muchos tambalean y caen porque ponen su confianza en las instituciones o en las cosas terrenales. Por eso es que cuando vienen los vientos son como la “onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” (Santiago 1:6).

Pero los que fundamentan su fe en los postulados de la Palabra de Dios, sus vidas se convierten en fuentes, cuando las lluvias de la bendición de Dios llenan nuestro interior de la presencia sublime y maravillosa del Espíritu Santo. Por lo tanto, nos convertimos en portadores de las aguas de la bendición.

Ahora bien, ¿para qué somos llenos de la presencia de Dios? ¿Cuál es el propósito de Dios con nosotros? Ante estas preguntas, nos amparamos en esta porción para ver ese proceso de Dios en nuestras vidas.

Lo primero que podemos observar en este pasaje es que las aguas corrían hacia fuera. Esto nos habla del creyente que está agradecido de lo que Dios le ha dado, siempre está dispuesto a compartir lo que tiene con los demás. Uno de los propósitos del Espíritu Santo en nuestras vida es que sirvamos con lo que tenemos, lamentablemente hay muchos que esperan tener en abundancia para dar. Pero realmente no tienen porque no dan. Este es el principio divino; mientras más damos en la Obra de Dios, más recibimos de Dios.

Es necesario poner a la disposición de Dios y de esta Obra aquellos recursos que Él nos ha dado. No todos tienen un llamado a las misiones pero todos podemos hacer misiones. Dios ha dado talentos, dones y operaciones con el propósito que su nombre sea engrandecido. Es necesario el recurso humano, económico, profesional y técnico para que la Obra de Dios se pueda desarrollar como todo un buen organismo que está bien organizado. Por lo tanto es necesario correr hacia fuera, hacia los lugares donde hay la verdadera necesidad. “Cuando comenzamos a dar comenzamos a recibir”.

Al observar este pasaje, Ezequiel 47:1, nos dice que las aguas salían del santuario, que es la casa de Dios. La casa de Dios representa nuestra vida consagrada, dedicada y entregada a Dios. Muchos quieren llevar el mensaje de Dios pero no quieren vivir a la altura del mensaje. Muchos quieren proclamar la Palabra de Dios pero no quieren conocer al Dios de la Palabra.

Hay tantos que son portadores de aguas que producen enfermedad y muerte espiritual. “Nadie puede ser de bendición a otros a menos que no haya recibido bendición de Dios”, nadie puede dar aguas limpias si su vida está contaminada con las cosas del mundo. El Señor exige consagración. Él demanda una entrega total.

Vemos que las aguas que corrían hacia fuera salían de “debajo del umbral”, el umbral es un escalón para subir o entrar a la casa. Y nos habla de una vida de humildad y sencillez. El portador de las aguas no depende de sí mismo, sino de Dios. “Cuando nos humillamos” ante la presencia de Dios y le pedimos a Él que nos instruya y nos revista de su gracia entonces Dios comienza a derramar sobre nuestras vidas y dentro de nuestros corazones su magnífica presencia y su “Santo poder” Surge una combinación maravillosa pues lo humano y débil nuestro es complementado con lo divino y sobrenatural.

Por lo tanto nos convertimos en portadores de las aguas de la bendición reconociendo que somos “santos y humanos”. La humildad es una virtud y cualidad en la vida de los creyentes que verdaderamente están llenos del Espíritu Santo de Dios. Al verdadero hombre de Dios las alturas no le marean porque ha aprendido a estar sobre la cumbre de la misma forma que estuvo Jesús, crucificado.

Estas aguas corrían hacia el oriente, hacia el nacimiento del sol. El verdadero creyente camina a la luz de la Palabra de Dios. Sabe y reconoce que Dios está arriba en lo alto (su trono) y sus ojos escudriñan toda la tierra.

Así que, su caminar es de fe, su visión es amplia y segura. Aunque vive en el marco del tiempo (pasado, presente, futuro), nunca mira al pasado para anhelarlo como el pueblo de Israel, tampoco se detiene en el presente circunstancial para vivir, en el lamento como le sucedió a Samuel. Hace como el apóstol “olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta al premio del supremo llamamiento” (Filipenses 3:13-14). Ese es el lema de esta obra proseguir y avanzar hasta cumplir la gran comisión. La fortaleza del verdadero portador, es proseguir para seguir dando las aguas de la bendición aunque eso conlleve sacrificio, dolor y menosprecio.

El verdadero creyente lleno del Espíritu Santo corre hacia el oriente, hacia el nacimiento de un nuevo día. Para poder realizar esta gran tarea de llevar las aguas de la bendición a un mundo que es árido y estéril, es necesario que haya un proceso de crecimiento y madurez. Sabemos y comprendemos que el Reino de los Cielos se hace fuerza y los valientes lo arrebatan.

Todo tiene un comienzo. Nadie nace realizado. Cuando vemos este pasaje, Ezequiel 47, nos damos cuenta que el profeta fue invitado para que entrara a las aguas.

Quiere decir que antes que las aguas de la bendición entren en nosotros para convertirnos en bendición, nosotros tenemos que entrar a ellas, en las aguas, para que seamos saturados de lo divino. Vemos que Dios tiene su plan bien diseñado. La primera distancia (mil codos) representa el inicio del Espíritu Santo en nosotros. Viene como silbido apacible y delicado. El Señor habló a sus discípulos y les dijo que el Espíritu Santo moraba con ellos y que estaría en ellos (Juan 14:7). Esto nos habla de una íntima comunión. Cuando hay una verdadera comunión, no hay gritos de desesperación, sino un silbo apacible como lo experimentó el profeta Elías. Así es el inicio de la vida que ha de llevar las aguas de la bendición.
Comienza con obediencia y sensibilidad. Tenemos que ser sensibles a los toques del Señor. Su deseo es hablarnos al corazón. Pues las Palabras divinas sembradas en un corazón humilde se convierten en fuertes fundamentos de la fe. Pero si estamos lejos o distraídos nos tendrá que hablar con truenos, relámpagos, fuegos y terremotos.
La comunión con Dios nos conduce a una relación más profunda con Él. Cuando el agua llega hasta las rodillas nos postramos y permitimos que el Espíritu Santo nos ayude en nuestra debilidad. Cuando nos postramos (Ezequiel 47:4). Podemos oír su voz que nos fortalece para poder interceder por los pueblos, las naciones y la Obra de Dios.
Luego nos paramos en la brecha y clamamos por misericordia. Tenemos que meternos en las aguas hasta las rodillas; “la humildad no está en espera de grandes hombres de ciencia y políticos ni grandes predicadores elocuentes; sino esperando un hombre, un pueblo que viva de rodillas y se aun intercesor”. Hay que meternos en las aguas hasta las rodillas.

“Mil codos más”. Por tercera ocasión el mensajero invita al profeta a que entrara más profundo, “hasta los lomos (la cintura)”. Esto representa la vida ceñida al Espíritu Santo. Cuando Cristo llena nuestras vidas hay cambios, ya no nos ceñimos nosotros, sino que otro nos ciñe, nos ciñe el Espíritu Santo y recibimos autoridad de Dios para proclamar su Palabra. El deseo de Dios es tomar control de nuestras vidas para poder caminar por la senda de la fe con seguridad, certeza y convicción de ver el futuro bajo la perspectiva divina. Por lo tanto, mil codos más es la medida que nos sumerge en las aguas provocando una rendición a la obra del Espíritu Santo. Es el momento cuando no hay más resistencia, es el momento cuando Dios toma el control de nuestras vidas.

Dejamos lo que era de niños y nos convertimos en hombres y mujeres capaces de realizar la Obra de Dios con valor, determinación y entrega. Cuando Dios toma el control en nuestras vidas nuestra escala de valores cambia. Todo lo valorizamos desde la perspectiva de las riquezas que haya en Cristo Jesús. Pasamos de lo insignificante a lo maravilloso.

El varón le preguntó al profeta: ¿Has visto hijo de hombre? En otras palabras comprendes lo que Dios espera de ti (nosotros). Los resultados de las aguas de la bendición han sido y seguirán siendo maravillosos. Produjo frutos para alimentar, sanidad para el enfermo y vida a todo lo que estaba muerto.

Todo esto vino como resultado de la Gloria de Dios que había entrado en el Santuario. Nosotros somos templo del Espíritu Santo cuando permitimos que la presencia de Dios llene nuestras vidas y empiece a fluir esa fuente en nuestro interior.

Es tiempo de dejar todo lo rutinario, estéril y vacío. Es tiempo de romper con tanto formalismo religioso y meternos a las aguas. Pero tiene que haber un inicio y estar dispuestos a meter nuestros pies en el agua del Espíritu Santo y comenzar a obedecer.

Atrévete a entrar a las aguas de la bendición, sumérgete por completo, hasta que te conviertas en una verdadera fuente que brota aguas de vida eterna. Entonces estarás listo para saciar la sed que tienen aquellos que te rodean. Solo tienes que probar. Pruébalo y te convertirás en un portador de las aguas de la bendición.

Rebelado, Abandonado y Perdonado


Rev. Carlos Guerra

Cualquiera que intenta tomar un puesto para sí sin ser llamado de forma inequívoca por Dios, por más esfuerzo humano que haga, por más estrategias políticas y espirituales que intente, por más propagandas y manipulaciones que realice, fracasará.

En 1 Reyes capítulo 1 la Palabra de Dios nos dice: “Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas, pero no se calentaba [...] Entonces Adonías hijo de Haguit se rebeló, diciendo: Yo reinaré. Y se hizo de carros y de gente de a caballo, y de cincuenta hombres que corriesen delante de él. Y su padre nunca le había entristecido en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así? Además, éste era de muy hermoso parecer; y había nacido después de Absalón. Y se había puesto de acuerdo con Joab hijo de Sarvia y con el sacerdote Abiatar, los cuales ayudaban a Adonías. Pero el sacerdote Sadoc, y Benaía hijo de Joiada, el profeta Natán,  Simei, Rei y todos los grandes de David, no seguían a Adonías. Y matando Adonías ovejas y vacas y animales gordos junto a la peña de Zohelet, la cual está cerca de la fuente de Rogel, convidó a todos sus hermanos los hijos del rey, y a todos los varones de Judá, siervos del rey; pero no convidó al profeta Natán, ni a Benaía, ni a los grandes, ni a Salomón su hermano.

Y descendieron el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaía hijo de Joiada, y los cereteos y los peleteos, y montaron a Salomón en la mula del rey David, y lo llevaron a Gihón. Y tomando el sacerdote Sadoc el cuerno del aceite del tabernáculo, ungió a Salomón; y tocaron trompeta, y dijo todo el pueblo: ¡Viva el rey Salomón! Después subió todo el pueblo en pos de él, y cantaba la gente con flautas, y hacían grandes alegrías, que parecía la tierra se hundía con el clamor de ellos. Y lo oyó Adonías, y todos los convidados que con él estaban, cuando ya habían acabado de comer. Y oyendo Joab el sonido de la trompeta, dijo: ¿Por qué alborota la ciudad con estruendo? Mientras él aún hablaba, he aquí vino Jonatán hijo del sacerdote Abiatar, al cual dijo Adonías: Entra, porque tú eres hombre valiente, y traerás buenas nuevas. Jonatán respondió y dijo a Adonías: Ciertamente nuestro señor el rey David ha hecho rey a Salomón [...] Además el rey ha dicho así: Bendito sea Jehová el Dios de Israel, que ha dado hoy quien se siente en mi trono, viéndolo mis ojos. Ellos entonces se estremecieron, y se levantaron todos los convidados que estaban con Adonías, y se fue cada uno por su camino. Mas Adonías, temiendo de la presencia de Salomón, se levantó y se fue, y se asió de los cuernos del altar”(1 Reyes 1:1, 5-10, 38-43, 48-50).

1. DIOS ESCOGE A SUS LÍDERES

Daniel 2:21 revela una gran realidad, y estriba en que Dios mismo es quien “quita reyes, y pone reyes”. En efecto, nuestro Señor es un Dios de planes específicos, detallados, inequívocos y perfectos. Él nunca hace las cosas al azar, sino que hace las cosas a conciencia y tiene el control sobre el más mínimo detalle. Asimismo, dentro del cuerpo de Cristo, Dios, en Su soberanía, es quien escoge, llama, coloca y levanta a príncipes ungidos para liderar por medio de ellos Su obra, y ejecutar el perfecto plan que tiene para con Su Pueblo.

La elección de Dios no se basa sobre la eventual popularidad o fama que pueda tener una persona, los logros que haya obtenido por medio de los años de experiencia, ni tampoco sobre nuestro sentimentalismo o simpatía hacia ella. En otras palabras, no sirve de nada correr ni tratar de imponernos como líderes, si no tenemos el respaldo de la misericordia de Dios (Romanos 9:16).

Cualquiera que intenta tomar un puesto para sí sin ser llamado de forma inequívoca por Dios, por más esfuerzo humano que haga, por más estrategias políticas y espirituales que intente, por más propagandas y manipulaciones que realice, fracasará. Como todo dictador derrotado éste quedará solo, sin familia, sin gloria y sin nada.

En cambio aquel a quien Dios ha llamado, por más oposición, levantamientos y críticas que confronte; el Señor mismo habrá de ponerlo en alto, lo apoyará, lo levantará, y lo colocará en la posición que ha ideado para él. Así pues, no hay principado, ni potestad, ni ser humano en los cielos ni en la tierra que podrá impedir que Dios lleve a cabo Sus planes y propósitos.

El pasaje de 1 Reyes que citamos al principio narra los últimos días del rey David. A los setenta años de edad, víctima de un envejecimiento prematuro, originado por una vida llena de luchas continuas, desilusiones y traiciones, su cuerpo no se calentaba fácilmente. Mas aunque las palabras, la energía y las fuerzas ya no eran las mismas que durante su juventud, la unción que reposaba sobre David sí había quedado intacta. El nunca cesó de ser el ungido de Jehová. No obstante, Adonías su hijo, intentó aprovecharse de la situación física de David para arrebatar el trono de Israel. Además de poseer la belleza de su hermano Absalón, Adonías también tenía su carácter arrogante, su soberbia y su rebeldía. Era un niño consentido o mimado, al cual “su padre nunca había entristecido” (v. 6), o en otras palabras, no se le había corregido ni disciplinado. En aquel momento crucial, David iba a cosechar lo que él mismo había sembrado.

Ahora bien, es menester que entendamos que Adonías no solamente se estaba alzando contra la autoridad de su padre, sino también contra los planes y los designios perfectos del Señor. Según él, su padre era demasiado viejo para reinar, y su hermano Salomón, el escogido de Dios, demasiado joven. Ciertamente, él tenía más logros, más experiencia que Salomón; mas la experiencia no es un factor que determine los planes de Dios para con uno. David nunca había peleado contra ningún gigante, pero cuando se enfrentó con el primero, le cortó la cabeza.

Me llama la atención la frase que Adonías pronunció antes de cometer su golpe de estado: “Yo reinaré” (v. 5). Sin duda, esta declaración no deja de recordamos la misma que hizo Lucifer antes de la creación del mundo: “Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré...” (Isaías 14:13).

Amados, todo lo que empieza por “yo” siempre van por mal camino. Las Escrituras dicen que “con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20). En la vida cristiana no es que yo digo, lo que yo siento, lo que yo creo, sino lo que Jehová de los ejércitos dice.

II. LAS ESTRATEGIAS MALOGRADAS DE UN REBELDE

Para llegar a sus fines, Adonías elaboró una serie de estrategias:

1.Intentó impresionar psicológicamente al pueblo, aparentando un poder ficticio “se hizo de carros y de gente de a caballo y de cincuenta hombres que corriesen delante de él” (v. 5).

2.Se puso de acuerdo con gente ambiciosa y de influencia (Joab, un militar y Abiatar, un sacerdote), que odiaban al profeta Natán por cuanto éste no les profetizaba lo que ellos querían oír.

3.Hizo su propia fiesta, a la cual solo invitó a los que le convenía invitar, a aquellos a quienes podría manipular y convencer, sus amigos, sus familiares y a los que tenían resentimientos contra el rey David.

4.Alejó de su lado a la gente fiel al rey, y los convirtió en sus contrincantes.

En 1 de Crónicas 29:1, el Señor ya había revelado cuáles eran sus propósitos: “Solamente a Salomón mi hijo ha elegido Dios; él es joven y tierno de edad, y la obra grande...”. Mas Adonías y su gentío habían olvidado que Dios es quien escoge a Sus líderes. Así pues, mientras ellos celebraban la coronación del rebelde, el Altísimo empezó también a mover sus fichas para poder cumplir Sus propósitos y establecer al rey legítimo de Israel, a aquel líder que Él mismo había escogido para llevar hacia delante a Su pueblo.

David, el ungido de Jehová, fue quien dio las órdenes de parte de Dios para que Salomón fuera coronado. El rey ordenó que su hijo se subiera en su mula para que lo llevaran a Gihón. Este lugar era la única fuente de agua viva más cercana.

Salomón no estuvo cavando para hallar agua, o en otras palabras, nunca buscó ser hecho líder. Cuando una persona lleva a cabo estas acciones con vistas a ser promovido, pierde su tiempo y energía en vano. En el caso de la coronación de Salomón, y por cuanto Dios estaba en el asunto, todo este proceso se llevó a cabo de forma natural.

Al oír la fiesta del pueblo por motivos del ungimiento de Salomón, la fiesta de Adonías se turbó. Todo sus invitados “se estremecieron, y se levantaron [...] y se fue cada uno por su camino” (1 Reyes 1:49). Después de haberle seguido y coronado, todo el mundo abandonó a Adonías, y avergonzados, regresaron a sus casas para esconderse.

Adonías se quedó solo, sin familia, sin dinero y sin reputación, porque así sucede con los que se alzan y rebelan contra los propósitos divinos. Y lo más terrible estriba en que si no se arrepienten, también se quedan sin Dios.

Escrito está que “si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo…” (Juan 12:24). Por más talentoso, popular o famoso que sea, si el rebelde no se humilla y muere, quedará desamparado. La advertencia de Dios es clara. Es menester que caigamos en tierra y que le demos muerte a nuestro “yo” para que no nos pase lo que le sucedió a aquel príncipe.

Cuando Adonías vio que todos lo habían abandonado, temió por su vida y “se levantó y se fue, y se asió de los cuernos del altar” (1 Reyes 1: 50). Pidió misericordia y perdón a Salomón, y los obtuvo (1 Reyes 1:52-53). La actitud de este líder fue maravillosa, por cuanto aun sabiendo que era el escogido, dejó que Dios mismo acomodara todo y peleara por él.

III. LA ÚLTIMA MOVIDA DEL REY

Para llevar a cabo Sus planes con Salomón, Dios movió al profeta Natán, al sacerdote Sadoc y a su madre Betsabé, dos hombres y una mujer leales al rey y que habían comprendido los planes de Dios. ¿Se goza usted al saber que Dios sabe mover Sus fichas? ¿Se goza al saber que Dios tiene el control de los detalles aun más pequeños para cumplir Sus propósitos? ¿Se goza al verle desarticular una a una todas las artimañas del enemigo de nuestras almas y de Su pueblo?

Al sol de hoy, Dios todavía puede voltear los planes de Satanás, y tomarlos en su contra. Todavía están vigentes las palabras que Dios dijo a Israel por medio del profeta Ezequiel: “Porque yo Jehová hablaré, y se cumplirá la palabra que yo hable; no se tardará más, sino que en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra y la cumpliré, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 12:25).

Un famoso pintor cristiano, que asimismo era un apasionado del juego de ajedrez, pintó un día un cuadro que tituló Jaque mate. En éste, que todavía hoy se conserva en una galería, se pueden ver dos jugadores de ajedrez sentados frente a frente a una mesa. Un creyente, sentado en la parte derecha, y el diablo, sentado en la izquierda.

El rostro del diablo se ve triunfante y casi se puede sentir su risa diabólica, porque parece que tiene al cristiano atrapado. De otro lado, el creyente, cuya preocupación se refleja en el rostro, tiene las dos manos agarradas con toda su fuerza en los bordes de la mesa, con los nudillos de los dedos casi blancos a causa del esfuerzo y de la tensión del crucial momento.

La galería donde se iba a exponer el cuadro le dio mucha publicidad al mismo. Así pues, cuando la galería abrió sus puertas, el público empezó a detenerse junto a aquel cuadro para observarlo con curiosidad. Todos, al leer el título de la obra y la actitud de los personajes, sacudían la cabeza pensando que el diablo había ganado la partida contra el cristiano. Los transeúntes que más o menos tenían nociones de ajedrez, pensaban que ya no existía ninguna estrategia de salida, ni tampoco ninguna maniobra posible. Algunos sentían lástima por el cristiano, y otros se indignaban porque parecía que el diablo se había salido con suya.

No obstante, llegó a aquel lugar un ex campeón de ajedrez, quien también se puso a observar el cuadro con atención. Él no se fijó mucho en el diablo ni en el creyente, sino en la partida de ajedrez que el cuadro había capturado, y asimismo le prestó atención al título: Jaque mate. Tras observar la tabla de ajedrez durante unos minutos, el perito descubrió algo de importancia crucial, y exclamó: “¡Un momento! ¡Esto es una mentira del diablo! El cristiano no está jaque mate, por cuanto su rey todavía tiene una jugada”. Amados hermanos, nuestro Rey de gloria siempre tiene una jugada posible, un movimiento para poner jaque mate al diablo.

Amados hermanos, no importa que el diablo quiera hacerle creer que usted está “jaque mate”... ¡Nuestro Rey de reyes siempre ha tenido y tendrá la última movida! El único que está “jaque Late” es Satanás porque Cristo lo venció para siempre en la cruz del Calvario.

Estos últimos años se ha caracterizado por los ataques que han venido contra los siervos de Dios y Su pueblo. Sin embargo, a aquellos quienes han resistido los señalamientos, los golpes bajos, las críticas acerbas, los embates poderosos del enemigo, Dios les ha abierto puertas en medio de su aflicción. Es hora de tomar la victoria, transformar en triunfo lo que el diablo quería destruir.

Absolutamente nada ni nadie podrá detener los propósitos soberanos del Señor para con Su pueblo y Su Iglesia. Amén. Dios les bendiga y les conceda tremendas victorias.

Convención en Guyana, y Trinidad y Tobago



La Obra del Movimiento Misionero Mundial celebró una gloriosa Convención en Guyana, y Trinidad y Tobago. Durante cuatro días Dios se manifestó poderosamente.

Gloriosa Cuarta Convención de las Guyanas y de Trinidad y Tobago celebrada del 1 al 4 de septiembre de 2011. Estuvieron predicando la Palabra de Dios: Rev. José A. Soto, Oficial Internacional; Rev. Juan Castillo, Supervisor Costa Rica; Rev. Clemente Vergara, Supervisor Guyanas y Trinidad y Tobago, además de pastores locales.

Fueron días muy gloriosos en la misma presencia del Señor, muchas vidas fueron salvadas y muchos hermanos renovaron pacto con Dios.

Campaña Evangelística en Italia


La Iglesia de Génova efectuó una gloriosa Campaña Evangelística, el pasado mes de octubre de 2011, llevando la Palabra de Dios a vidas necesitadas. 

Se pudo palpar la necesidad de las vidas al dar a conocer la verdad. Sabemos que la Obra de Dios en este continente necesita mucho de las oraciones del pueblo del Señor, porque con sacrificio se hace esta labor, así que rogamos al Padre Celestial les conceda la fuerza para seguir llevando la Palabra en esta nación.

Colegios Elim celebraron veinte años


Un culto de acción de gracias se realizó al conmemorarse un aniversario más de la labor educativa en favor de la niñez y la juventud del Perú. 

El pasado 22 de septiembre, la Asociación Educativa Internacional Elim celebró veinte años de labor pedagógica en el templo central del Movimiento Misionero Mundial de Lima, República del Perú. Para tan importante conmemoración abarrotaron el recinto alumnos provenientes de distintos sectores de la capital limeña.

Además, se contó con la participación los miembros de la alta dirección de la Asociación, encabezados por su presidente, el Rev. Rodolfo González Cruz, quien también fue el encargado de una preciosa disertación bíblica, en la que alentó a los estudiantes a mantener una vida de enriquecimiento cultural y espiritual.

La Vid y el Pámpano


Rev. Ramón Aponte

El pámpano está unido a la vid, y allí es donde crece, se desarrolla y recibe lo que necesita para vivir en abundancia y en fortaleza.
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”, Juan 15:5.

La adhesión del pámpano a la vid le permite no solamente recibir el alimento, sino también le ayuda a llevar una vida fructífera. Las responsabilidades de la vid y del pámpano son muy diferentes; la primera ofrece vida y abundancia, mientras que el segundo ha de permanecer adherido, y prosperar lo que la vid le ha dado.

Cristo dijo a sus discípulos: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” (Juan 15:1-8).

El apóstol Pablo declara en la epístola a los Romanos 8:35-39, una serie de preguntas y de refutaciones con respecto a unos factores que podrían separarnos de Cristo, nuestra vid: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? (…) Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Asimismo, en la carta a los Filipenses 4:13, leemos como sigue: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Todo cuanto precede se hace realidad en la vida del cristiano bajo la condición de que éste mantenga un estado de comunión constante con la vid. La preposición “en” (en Cristo) expresa perfectamente esa idea de reposo, de permanencia o de fusión entre nosotros y el Señor Jesucristo. ¿Por qué hallamos en nuestro entorno cristianos tristes, para quienes la Palabra de Dios es una carga e ir a la Iglesia un fastidio? Simple y llanamente porque no están adheridos a la vid, y por ende, no se benefician de la vida abundante que emana de ella.

La dependencia del cristiano con respecto a Cristo no puede ser parcial ni tampoco incompleta, sino total. Dios tiene que estar involucrado en todos y en cada uno de los ámbitos de nuestra vida: espiritual, físico, material, etc. Este es un aspecto fundamental y crucial en la vida del creyente. Nuestro amado Salvador advirtió claramente que, por cuanto somos pámpanos, no podríamos hacer nada separados de Él (Juan 15:5).

Y es que, amados lectores, el pámpano separado de la vid no tiene valor ninguno, y ni siquiera se puede reciclar su madera para crear algo útil. La savia que la vid le proporciona al pámpano todos los elementos necesarios para que éste sea fructífero. La dependencia de Dios, pues, hace que no deseemos llenarnos con cosas del mundo, porque llevamos una vida de plenitud en Él.

Los pámpanos infructíferos son echados al fuego, como les recuerda el Señor Jesucristo a los que escuchaban sus predicciones. Es más, la madera del pámpano, por su naturaleza, ni siquiera permite mantener el fuego avivado, y solo se reduce a cenizas que lleva el viento. ¿Está usted adherido a la vid verdadera? ¿Está recibiendo la savia que hará de usted un pámpano fructífero? Las advertencias de Cristo al respecto son claras. Retornemos, pues, a una una comunión genuina y a una dependencia exclusiva de Él.

Dios les bendiga.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Rodolfo Gonzalez Cruz - "El Gran Amor De Dios"







Se busca un voluntario



Rev. Manuel Zúñiga

Más allá de la humildad de Dios para decirnos que le sirvamos; más grande aún es que Éldeposite Su confianza y crea en personas como nosotros. ¡Qué honra tan grande cuando Dios nos confía la predicación de la Palabra!
¿Quiénes somos nosotros para ser llamados por Dios al Servicio?Las Sagradas Escrituras narran el llamado de Dios a Isaías, para ser enviado al pueblo como profeta: “Después oí la voz del Señor que Decía: ¿A quién enviare, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí” (Isaías 6:8).

Es hermosa la forma como Dios trata con el ser humano. Dios nunca obliga al hombre a nada; y aunque Élpodría perfectamente privarnos de actuar conforme a nuestra voluntad, Élprefiere, en cambio, que le rindamos ésta. Por lo tanto, el Señor nos llama, y nosotros somos quienes decidimos si aceptamos responder a ese llamado o no. Élquiere voluntarios para Su servicio, y no enrolados por fuerza.

¿Qué es un voluntario? Una persona que se presta a hacer algo por voluntad propia y no por obligación. Ahora bien, ¿en qué consiste la voluntad? La voluntad reside en el alma del ser humano, que es el motor central de nuestro ser. El alma se compone de tres elementos: el intelecto, las emociones y la voluntad. La interacción de estos tres elementos compositivos del alma es la siguiente: el intelecto actúa sobre las emociones, y éstas últimas ejercen presión, a su vez, sobre la voluntad. Las emociones son, por ende, la raíz de los diecisiete frutos de la carne que se manifiestan en el hombre y en la mujer que no han entregado su corazón a Cristo (como el rencor, el odio, la envida, la concupiscencia, etc.). No obstante, es menester hacer hincapié en que Dios no creó a Adán y Eva con esas emociones pecaminosas, sino que ellos mismos se tornaron en pecadores y en portadores de esos frutos carnales. Cuando Dios redime el alma, sustituye esos diecisiete frutos de la carne por los nueve dones espirituales y los nueve frutos del Espíritu. Los frutos y los dones del Espíritu en el alma del creyente se manifiestan en las emociones que experimenta, entre otras: el amor, la paz, la amistad y el gozo.

I. DIOS NO OBLIGA AL SERVICIO

El principio divino de buena voluntad opera en todos ámbitos de la vida del hombre, desde la salvación hasta el llamado al ministerio. En efecto, Dios no tenía por qué redimirnos del pecado, mas, antes mismo de la fundación del mundo, Élpreparó un plan de redención maravilloso para salvar a los hombres de la perdición eterna.

Sin embargo, nos corresponde a nosotros recibir o desechar este maravilloso regalo. En efecto, dice la Palabra de Dios: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Dios nunca forzará la puerta de nuestro corazón, sino que, con una paciencia que sobrepasa todo entendimiento, esperará hasta que decidamos abrírsela.

Y, de la misma manera como Dios no nos obliga a ser salvos, tampoco nos obliga a servirle. El nos pregunta si queremos hacerlo, como ilustra la pregunta que hace el Señor al profeta Isaías: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”. Ante tal demanda divina, el hombre tiene dos opciones muy simples: aceptar y acatar, o negarse a cumplir.

No obstante, una extraña y muy frecuente reacción de los creyentes ante un llamado como éste estriba en negociar con Dios y condicionarle su servicio. Esto proviene de un serio problema: muchas veces no entendemos quién es Dios y quiénes somos nosotros. Él es el Creador de los cielos y la tierra, y nosotros Sus criaturas frágiles como flores del campo.

Amados lectores, ¿acaso no es grande la misericordia de Dios, que El Todopoderoso venga a pedirle favores a seres tan limitados como nosotros? Entonces, ¿Quiénes somos nosotros para ponerle condiciones? ¿Quiénes somos nosotros para ser llamados por Dios al servicio, cuando lo que merecíamos era el infierno y la muerte eterna? Sin embargo, más allá de la humildad de Dios para decirnos que le sirvamos; más grande aún es que Éldeposite Su confianza y crea en personas como nosotros. Cuan sublime es que el Señor entregue Su Palabra a Sus siervos, para que éstos la proyecten al pueblo de forma fiel y sin adulteraciones. ¡Qué honra tan grande cuando Dios nos confía la predicación de la Palabra!

II. LAS CARACTERISTICAS DEL VOLUNTARIADO

Las características que rodean a un voluntario ascienden a cinco. En efecto, éste es: 1) esforzado: 2) valiente; 3) convencido; 4) paciente y sumiso; 5) dispuesto y decidido. Vamos a analizar brevemente cada una de estas características.

Josué fue, a diferencia de Aarón, un líder revestido de autoridad divina, el cual infundió en el pueblo de Israel el deseo de servir y de adorar a Dios. Asimismo, Josué fue un animador de la doctrina en medio de la congregación, ya que, en el primer capítulo de su libro, le fue encomendado guardar el libro de la ley y no apartase de él con miras a ser exitoso en la conquista (Josué 1:8). Por último, el líder esforzado anima a luchar, por cuanto recibe de Dios un plan de trabajo y de liberación para Su pueblo (Jueces 6:12)

1.- Esfuerzo

La persona esforzada infunde ánimo a los que le rodean. Amados compañeros de milicia, Dios no nos ha enviado a desanimar a la Iglesia, sino a infundirle ánimo. Cuando la congregación ve que su pastor no baja los brazos ante la adversidad, y mantiene una actitud positiva ante todas las circunstancias negativas, esto es una fuente de aliento para ella.

2.- Valentía

Ser valiente significa: ser eficaz y activo en la línea física o moralmente hablando. La valentía se declina, por ende, en eficacia y en acción. Cierto es que no existe nada peor que un líder perezoso o amedrentado.

En Éxodo 14, leemos que el pueblo de Israel se hallaba en una posición de peligro y sin escapatoria: el Mar Rojo enfrente, detrás los egipcios, y a los lados las montañas. Dios todavía no le había revelado a Moisés que abriría el mar, mas este le dijo a la congregación en una poderosa declaración de fe: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque estos egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis” (Éxodo 14:13).

Moisés confiaba en que si Dios había dirigido a Israel hacia aquel lugar, era porque Él pelearía por ellos, y de una forma y otra, les abriría camino. El hombre valiente, por ende, aunque esté acorralado siempre proclama que hay una salida. Moisés nunca mostró su temor al pueblo, sino que fue a la presencia de Dios a pedir auxilio. Si este líder no hubiese sido valiente, Israel habría regresado a Egipto a servir como esclavos.

Amados lectores, Dios no trata con cobardes sino con valientes, y cuando Élle entrega un liderato a uno de Sus hijos, es porque cree que éste no se echará atrás en medio de las adversidades.

3.- Convicción

Una convicción estriba en una idea fuertemente adherida a uno. Dios nos salvó para que llegáramos un día al cielo, y nos equipó con todos los elementos necesarios para resistir cualquier ataque del enemigo en contra nuestra. La persona que regresa al mundo, es porque ha vivido el Evangelio como una religión más, pero nunca como una convicción nacida de y anclada en la revelación divina.

La persona convencida no se deja llevar por líderes farsantes o vientos de doctrinas nuevas que intentan cambiar la revelación que ha recibido de Dios. La oveja reconoce la voz de Dios y no la de los extraños, la cual Dios ratifica por medio de su Espíritu Santo. Esto, lo encontramos en la epístola a los Romanos 8:16, que dice: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”.

Nuestra convicción atañe también a la Palabra de Dios y a Sus promesas, que son fieles y verdaderas. En efecto, si bien el hombre puede mentir, las Escrituras aseveran que es imposible que Dios mienta: “Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros” (Hebreos 6:17-18). Por consiguiente, ¿cómo no vamos a asirnos de esa Palabra divina y de esas preciosas promesas?

Tenemos seguridad en cuanto a la promesa de Dios, porque lo que Élnos dice es. No importa cuánto tiempo pase, si Dios ha prometido algo a uno de Sus hijos, éste debe creer que lo mismo acontecerá aunque parezca imposible. De no hacerlo, su incredulidad está tratando a Dios de mentiroso.

4.- Paciencia y sumisión

La epístola a los Hebreos 5:8-10 revela una característica crucial del carácter de Cristo: la paciencia. “Y aunque era hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec”.

Cristo merecía el título de Sumo Sacerdote, y podía haberlo usurpado; mas Él esperó que el Padre lo nombrara. Era menester primero, en efecto, que nuestro amado Salvador cumpliera con los requisitos del sumo sacerdote según el orden de Dios. Hay gente que tiene fiebre de  púlpito, mas  nunca ha pagado el alto precio que esto requiere.

El hombre genuinamente nombrado por Dios no tiene por qué estar defendiendo su ministerio, sino su salvación con temor y temblor, como dice la Palabra de Dios. En efecto, cuando intentamos defender nuestro ministerio nosotros mismos, corremos el peligro de caer.

5.- Disposición y decisión

El voluntario tiene dos últimas características: es dispuesto y dedicado. La persona dispuesta cumple sin rechinar las órdenes que recibe, por cuanto se le ha delegado autoridad para cumplir con las mismas. La disposición va a la par también con ser diligente a la hora de realizar las cosas. En el servicio a Dios, sólo hay una manera de hacer las cosas; y estriba en hacerlas lo mejor posible que esté a nuestro alcance. La disposición es, pues la clave del secreto para el triunfo de una vida dedicada al servicio.

Por último, el carácter dedicado hace de los voluntarios personas emprendedoras y conquistadores aguerridos para el reino de los cielos. Ser dedicados es imprescindible para llevar a cabo lo que Dios nos pide; por cuanto nos hace proyectarnos hacia la meta, vislumbrar los triunfos y el logro antes mismo de que sucedan. El Apóstol Pablo expresa la misma idea con estos términos: “Hermanos míos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13).

III. CONCLUSIÓN

Amado lector, ¿es usted un voluntario? ¿Ha entregado su corazón a Cristo obligado por otros? Dios no quiere que usted le sirva forzado, sino que ponga su vida en Sus preciosas manos de forma voluntaria. Sus ojos están puestos sobre usted mientras está leyendo estas líneas, y Élestá llamando a la puerta de su corazón, esperando que usted le abra. La decisión está en sus manos… ¿Lo dejará entrar o lo dejará esperando en la puerta?

Hermano, ¿está usted sirviéndole al Señor de mala gana? Entonces es mejor que no lo haga, porque esto es un servicio vano y que no le place a Dios. El hombre que sirve a Dios de buena voluntad es esforzado, valiente, convencido, paciente, dispuesto y decidido. Sin embargo, desarrollaremos estas cualidades en nosotros cuando le rindamos nuestra voluntad.

La Respuesta de Justino al Procónsul




Cuando Justino Mártir fue presentado con otros seis cristianos ante Rusticus, el prefecto de Roma, éste les preguntó:
- ¿Suponéis que si fueses azotados y vuestras cabezas cortadas subirías al Cielo para ser recompensados?

Justino le contentó:

- No lo supongo; LO SÉ y estoy plenamente convencido de ello.

El mismo día los prisioneros, después de ser azotados fueron conducidos al suplicio, donde murieron glorificando a Dios.

Descansando sobre Seguridades


Michael Faraday

Nacido en Newington en el año 1791 y murió en Londres el año 1867. Fue un físico y químico británico que estudió el electromagnetismo y la electroquímica.

Faraday, el famoso físico, un hombre de gran talento, fue preguntando cuando se hallaba cerca de la muerte: ¿Cuáles son sus teorías ahora? Teorías no tengo; estoy descansando sobre seguridades”, replicó, citando luego el versículo: “Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”. (2 Timoteo 1:12).

¿PUEDE USTED DECIR LO MISMO AHORA?

El Ladrón convertido


Dwight Moody

Fue un evangelista, además de fundar la Iglesia Moody, la escuela Northfield y escuela Mount Hermon en Massachusetts, el Instituto Bíblico Moody y la Moody Press.

Moody cuenta el caso de un ladrón llamado Burke, quién leyó en la cárcel un sermón en el diario de la ciudad, cuyo titulo era: “El carcelero atrapado”. El título le sugestionó pensando que sería una interesante historia carcelera.

Era, naturalmente, la del capítulo 16 de los hechos de los Apóstoles. La pregunta del desesperado guardián de presos le interesó y más la respuesta del apóstol. El mensaje de la salvación llegó a su alma y fue convertido.

Años más tarde Moody visitó a esta “nueva criatura en Cristo”, viéndole rodeado de joyas y valores, pues era nada menos que el guardián de la caja fuerte de un banco.

martes, 27 de diciembre de 2011

Fernando Moreno y la verdad del colegio Elim


Aqui veremos cual es la verdad y quien es el que miente acerca del colegio ELIM

Homenaje al Rev. Rodolfo Gonzalez Cruz


En este video podremos ver un homenaje al pastor Rodolfo Gonzales Cruz , un siervo de Dios que dejandolo todo en su pais vino al Perú a traernos una luz de esperanza la cual alumbro en muchos de los que para la sociedad ya no tenian arreglo ,hogares destruidos fueron restaurados por el poder de la palabra de Dios.
ADELANTE Rev. RODOLFO GONZALES CRUZ

La queja como resultado de la incredulidad


Rev. JoséA. Soto Benavides

Hay una actitud quejosa que surge de la incredulidad y eso no agrada al Señor. Debemos saber que seguimos a un Dios de poder que tiene cuidado de nosotros.
“E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas”, Éxodo15: 22-27.

No es malo quejarse con Dios y decirle: “Señor por qué me pasa esto, por qué estoy padeciendo tal cosa, tal situación…”; y reclamarle dentro del ámbito de la referencia a las promesas que el Señor nos ha dado, y poder decirle: “Señor, tú me prometiste…” Y confiar y anclar nuestra vida en aquello, eso no tendría nada de malo.

Pero hay otro tipo de actitud quejosa que surge de la incredulidad y eso no agrada al Señor. Debemos saber que seguimos a un Dios de poder que tiene cuidado de nosotros. Si hay un problema Él podría resolverlo en un momento, para el Señor no hay nada imposible. En ocasiones el trato del Señor involucra algo que se llama tiempo, no tanto porque Dios lo necesite, sino que nosotros necesitamos ser procesados por Él.

Israel recibió experiencias únicas, un pueblo que vio la gloria de Dios y experimentó desde un principio la misericordia del Señor a su favor en una forma evidente. En la Biblia encontramos la salida del pueblo de Israel de Egipto, su salida fue con mano poderosa de Dios, fue el Señor que venció a faraón y al ejército egipcio. Israel era una comunidad de esclavos sin ninguna preparación para la vida, no había nada que pudiera decir que esa sociedad sobreviviría en la primera prueba que sería salir al desierto, un lugar inhóspito, la Biblia lo llama espantoso, lleno de toda clase de peligros, en la frontera de ese desierto estaban llenas de amenazas de reyes, enemigos de Israel, etc.

No ha habido en la historia humana un caudillo, que haya hecho la proeza de Moisés de haber sacado un pueblo de esclavos de Egipto, guiarlos por el desierto 40 años y llevarlos a las puertas de la herencia de una tierra, la tierra de Canaán, y que hayan subsistido como nación. Es una proeza que ningún caudillo ha podido hacer, ni podrá hacer, porque realmente no fue Moisés, fue Dios quien lo hizo a través de este líder. Moisés nunca se levantó a decir: “¡Así digo yo, así mando yo!” ¡No! Moisés dijo: “¡Así dice Jehová!”

Encontramos en el libro de Éxodo capítulo 15, el primer cántico en la Biblia, cuando los hijos de Israel milagrosamente salen de Egipto y cruzan el Mar Rojo, escapándose del ejército que los perseguía, al lado opuesto del mar ellos elevan un cántico al Señor y Moisés era el que guiaba en este cántico, leemos: “Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; ha echado en el mar al caballo y al jinete. Jehová es mi fortaleza y mi cántico, yha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre”(Éxodo 15:1-3).

Y hasta el versículo 21 se extiende este cántico, que menciona a Dios en relación a algún atributo o alguna obra hecha a favor de Israel 45 veces. Amados lectores, el único que puede vencer al enemigo se llama Jesucristo, nuestro enemigo tiene poder, de eso no hay duda, es astuto y es fuerte, pero ¿sabe una cosa? Ya fue vencido, Cristo lo venció en la cruz del calvario triunfando sobre él. Moisés y el pueblo en este cántico alaban a Dios por su redención, por su dirección y por su victoria.

Pensemos en una sociedad que estaba desorganizada, que no tenía un rumbo fijo en la vida, eran personas que salían de la esclavitud, su vida no estaba organizada, ni siquiera en el aspecto familiar, porque ese vínculo podía ser roto en cualquier momento, por sus verdugos, ellos no eran dueños ni siquiera de su propia vida, no podían quedarse allí, ahora tenían que empezar el proceso en el cual Dios quería meterlos, así el Señor les dice: “¡Hay que seguir adelante, hay que marchar!”

Primero cantaron, alabaron y estuvieron contentos; pero ahora tendrán cierta situación que los llevará a quejarse. “E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua… Entonces el pueblo murmuró contra Moisés…” (Éxodo 15:22-24). La Biblia registra que después de entrar al desierto de Shur, pasaron a entrar al desierto de Sin, allí ya no tenían que comer, y también murmuraron (Éxodo capítulo 16). El desierto de Sin, es un desierto difícil, también nosotros tenemos que entrar en el desierto de Sin: sin comida, sin agua, sin amigos, sin respaldo aparente, sin apoyo.El desierto de Sin es necesario, para que también seamos probados por Dios y salir en abundancia y en victoria.

Cuando ellos entraron al desierto de Shur, y anduvieron tres días por ese desierto sin hallar agua; empezó la gente a inquietarse, de pronto llegaron a Mara, y todos corren desaforados porque quieren beber, pero se dan cuenta que eran amargas entonces no pueden beber las aguas de aquel lugar. Y esto los pone peor, es allí donde ellos levantan sus dudas, su incredulidad y reclaman a Moisés diciéndole: “¿Para esto nos sacaste de Egipto? ¡Esta es nuestra suerte, son estas las bendiciones que tú nos prometiste, como es que aquí vamos a morir de sed, en Egipto por lo menos teníamos agua, aquí no tenemos nada…!” El pueblo murmuró contra Moisés.

Amados, Dios sabe lo que hace. Y lo que fue un canto, luego, se convirtió en queja aquella que surge de la incredulidad. Qué triste cuando una vida que debe vivir agradecida con Dios se muestra rebelde. El solo hecho de haber visto la manifestación de Dios en Egipto, el poder de Dios a favor de su pueblo sacándolos con mano poderosa de Egipto, abriendo el Mar Rojo, sus enemigos pereciendo y ellos los israelitas saliendo airosos. Por qué vamos a cambiar en medio de una prueba, aquí los Israelitas tiene que aprender varias lecciones.

Una de esas lecciones es acerca de que la vida no puede ser sólo dulzura, la vida no puede ser sólo triunfo, la vida tiene sus luchas y sus victorias, tienen sus aguas dulces y también tienen sus aguas amargas. Si hoy tiene una prueba que puede ser: la enfermedad, la falta de dinero, la muerte, entre otras dificultades o problemas; pero allí estará él Señor más que nunca, allí estará Dios contigo, Él va estar con nosotros en medio de la lucha. La Biblia dice: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2).

Entendemos que la vida nos presenta todos estos altibajos, muchas veces indeseables, pero que Dios tiene un propósito detrás de todo esto, lo que uno tiene que hacer es no temer, puede experimentar: la lucha, el dolor, la dificultad pero no temas sólo confía, ten fe en el Señor. Cuando tenemos fe en Él, estamos moviendo la más grande fuerza que puede haber en este universo, por eso que el Señor constantemente hablaba de tener fe, de confiar. El temor eclipsa los propósitos de Dios, de donde el que teme, no ha conocido realmente los tratos de Dios. Acuérdese que Dios conoce el camino, y Dios ha planeado algo mejor, como hizo con los Israelitas después de tres días, después de esa experiencia con esas aguas amargas “Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron” (Éxodo 15:25); pasaron ese tramo de la vida “y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas” (Éxodo 15:27).

Amado, echa tu carga sobre el Señor, confía en Él y Él hará, porque Él conoce el camino de tu familia, a cuántos hemos conocido que han llegado al Señor que estaban arrastrados por Satanás, llenos de dificultades, de vicios, totalmente abrumados por la soledad, desechados por su propia familia; pero hoy en día son familias firmes que sirven al Señor, que aman a Dios, que son fieles a Dios y son muy felices.

Los Israelitas tenían que entender otra lección muy importante y era que ellos necesitaban conocerse a sí mismo, cada experiencia revela lo que en verdad somos. Por ejemplo, los análisis que el médico nos pide es para saber qué enfermedad tenemos. ¿Qué hace la prueba? Revela lo que somos, porque el diablo tiene un viejo argumento, ¿sabe cuál es unos de los argumentos más viejos de Satanás? El diablo dice que nosotros servimos al Señor, por lo que Él nos da.

“¡Quítale todo lo que le has dado!”Le dijo el diablo a Dios acerca de Job, “¡Y verás que te blasfema en tu presencia!” Si se atrevió a decir eso de Job, no crea que lo tratará distinto, él va por ahí para acusarlo. Y a Dios le puede decir: “Quítale algo, que lo echen del trabajo, que lo degraden, que el banco le quite la casa…”, el diablo es un mentiroso. Aquí Israel demostró que en medio de la prueba le salió el cobre, no brilló el oro. En medio de la dificultad se prueba quién es quién, no es en medio de la gran bendición, es en medio de la prueba; porque cuando tocan esta carne, cuando tocan este ego; cuando tocan las cosas que tenemos: vestido, comida, techo, etc.; allí se prueba realmente de lo que estamos hechos.

En el caso de Job, el diablo se inventó aquella sarna maligna exclusiva para Job, y le puso esa sarna desde la cabeza hasta los pies, esperando que Job blasfemara, pero en lugar de blasfemar lo que hizo Job fue bendecir a Dios, y lo que hizo Job fue conocer mejor a Dios después de la prueba, porque lo vio en el torbellino y gritó diciendo: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza”(Job 42:5-6).

¿Y no era una blasfemia lo que el diablo estaba esperando? pero se dio cuenta que chocó con piedra, ¿con qué choca el diablo cuando te ataca a ti?, ¿qué es lo principal en tu vida?, ¿qué fue lo principal para este hombre? Job mismo lo dijo: “Yo sé que mi Redentor vive”(Job 19:25), eso es lo principal. Allí estará el diablo esperando que blasfemes, que dudes, que tu fe se desacomode, que empieces a decir cosas que no debes decir, pero recuerda aquellas palabras de Job y entonces dirás: ¡Yo sé que mi Redentor vive, y pase lo que pase sigo creyendo en Él!

Israel debió pensar en la redención, debió pensar en la salvación; no debió pensar en la prueba para luego blasfemar o dudar de Dios; nosotros somos salvos y eso es lo principal, el diablo no puede robarnos esto, puede ser que por alguna opción o permiso de Dios el diablo pueda quitarte algo que en esta vida te pertenece, no estamos excepto de nada, pero no es eso lo que nos hace estar aquí, no es eso lo que nos hace perseverar, eso son añadiduras, el pueblo de Israel debió pensar: “Si Dios nos sacó de Egipto y de las garras del faraón, y nos metió por ese mar y pasamos en seco, entonces va a aparecer agua de un momento a otro, puede ser que el agua no la veamos por ahora, pero el agua llegará, seguiremos esperando en Dios”.

Por eso es que Dios los probó una y otra vez, para ir desalojando del corazón de ellos todas esas basuritas que todavía estaban en ellos, eso en alguna medida se justifica, si hemos de ser misericordiosos con Israel, porque acababan de empezar; pero hermano tenemos que crecer en la fe, tenemos que fortalecernos en Dios; creer con certeza, esperar lo que no ven nuestros ojos, eso es fe.

Un hermano fue llamado a juicio, y testificó de su esperanza en el Señor, y el juez le dijo: “¿Usted piensa que después de muerto, Dios lo va a estar esperando allá arriba en el cielo?” Y él le dijo: “¡No, no lo pienso, lo sé!” Porque al diablo no hay que andarle con ambigüedades, y lo que nosotros tenemos de Dios, no es para vivir ambiguamente, es para saber en quién hemos creído.

Dios nos ama hermanos y si a veces permite que tengamos nuestras aguas amargas, esperemos las palmeras y los pozos que vienen más adelante, Él nunca nos va a dejar, Dios dijo: “No te dejaré, ni te desampararé” (Josué 1:5). Han leído alguna vez ese poema llamado Huellas, ese poema lo escribe un hombre que se halló en grande zozobras espirituales, en el poema describe que va caminado por una inmensa playa, pero no va solo, el Señor va con él, ¿cómo lo sabe? Porque van las huellas de él y del Señor al lado; pero cuando empezó a accidentarse el camino, y vinieron momentos peligrosos, muchos precipicios; ahora sólo veía unas huellas, las de una persona, y pensó que ya no estaba el Señor.

Más adelante le preguntó a Dios por su ausencia, la respuesta del Señor fue: “¡Yo siempre estuve contigo hijo mío, nunca te abandoné!”. Dijo el caminante: “Sí, pero nunca vi tus huellas”. El Señor le respondió: “Las que vistes no eran tus huellas esas eran las mías, porque en ese momento te tomé en mis brazos, te levanté y te cargué, porque no quise que resbalaran tus pies, en ese momento difícil quise tenerte en mis brazos para darte seguridad”. Amado, nuestro Dios está con nosotros, cuando el diablo te diga que Dios no está contigo, repréndelo, cuando el diablo te diga que Dios no oye tu oración, repréndelo.

Las pruebas nos hacen conocer mejor a Dios. Luego de la experiencia en Mara, donde el pueblo murmuró, el Señor le mostró un árbol, y Moisés lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. O sea que los árboles son usados, en la Biblia tenemos tres grandes árboles: 1) El árbol del conocimiento del bien y del mal, 2) el madero, que se llama la cruz, y 3) el árbol de la vida.

1.-El primero es elárbol del conocimiento del bien y del mal

En algún lugar del paraíso se encontraba elárbol del conocimiento del bien y del mal, éste se convirtió en un árbol de juicio y de muerte por la desobediencia de Adán y Eva.

2.-El árbol que se llama la cruz

Pedro lo llama un madero, es la misma palabra que se usa para definir o decir árbol. La cruz es también un árbol, pero no es un árbol que pueda producir muerte, aunque sí lo fue en el Señor, pero en nosotros produce vida; no importa que las aguas sean amargas, si pones ahí el árbol de la cruz esas aguas se van a endulzar.

Puedes permitir que el árbol de la cruz se siembre en tu problema, en tus aguas amargas, en tus dificultades; hermano y amigo esas aguas van a ser endulzadas; ellos no conocían a Dios como el que sana, pero después que el Señor sanó las aguas, les dijo: “Yo soy Jehová tu sanador” (Éxodo 15:26).“Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”, 1 Pedro 2:24.

3.-El último árbol es el árbol de la vida

La Biblia dice: “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad”,Apocalipsis 22:14. ¿Sabe usted que hay un árbol de la vida? Cristo es la vida, Cristo es el dador de la vida, tú puedes recurrir hoy, como tuvo oportunidad Adán al árbol de la vida.

¿QUIERES CONOCERLO HOY, EN OTRA DIMENSIÓN? ¿QUIERES CONOCER AL DIOS VERDADERO EN SU INTENSIDAD DE AMOR? HOY EL SEÑOR TE LLAMA Y PUEDE ENDULZAR TU VIDA, PUEDE PONER UNA SONRISA EN TUS LABIOS, PUEDE LLEVAR GOZO A TU FAMILIA, PUEDE LLEVAR GOZO A TU CORAZÓN DOLIDO, Y TE PUEDE LLEVAR DE HOY EN ADELANTE A AGUAS DE ABUNDANCIA Y AL OASIS DE SU PRESENCIA.

Como libro, la Biblia es un milagro

Muchos afirman que la Biblia es un libro anticuado e irrelevante para hoy, pero la verdad es que es más popular que nunca.
A través de la historia, muchos eruditos incrédulos han estudiado la Biblia con la intención de desacreditarla. Sin embargo, su milagrosa exactitud histórica a menudo los guió más bien a un encuentro con Cristo.

¿CUÁNTO SABE USTED ACERCA DE LA BIBLIA?

La Biblia fue escrita por más de 40 autores en el transcurso de 1.600 años, comenzando alrededor del año 1.500 a. C. Venciendo en forma increíble la ley de las probabilidades, todos los relatos armonizan perfectamente porque, en realidad, la Biblia tiene un solo Autor: Dios.

“La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia”, Salmos 119:160.

¿SE HAN CUMPLIDO LAS PROFECÍAS DE LA BIBLIA?

1).-La prueba más grande del origen divino de la Biblia son sus numerosas profecías cumplidas, cuyo número va en aumento cada día. Ningún otro libro religioso tiene profecías cumplidas.

2).-Sólo respecto al Señor Jesucristo, la Biblia tiene por lo menos 60 profecías. La Palabra de Dios declara que nacería de una virgen (Isaías 7:14), en Belén (Miqueas 5:2). Sería rechazado por su propio pueblo (Isaías 53:3), y sería traspasado (Zacarías 12:10). Todas estas profecías, pronunciadas mucho tiempo antes que se cumplieran, ocurrieron exactamente como se predijo en la Biblia.

3).-La Biblia profetizó lo siguiente más de 700 años antes que Cristo naciera: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”, (Isaías 9:6).

4).-Esta es una de las más grandes profecías respecto a la crucifixión de Jesucristo. Salmo 22:14-18 provee un relato descriptivo y detallado de la muerte de Cristo en la cruz. Lo sorprendente es que se escribió 1.000 años antes que ocurriera, y en ese tiempo ni siquiera se realizaban crucifixiones.

5).-Durante su ministerio terrenal, Jesús declaró que Jerusalén sería completamente destruida (Mateo 24:2). Después de unos años, se cumplió esa profecía.

6).-Más de 1,400 años antes del nacimiento de Cristo, la Biblia predijo que Israel se reuniría otra vez como nación (Deuteronomio 30:3). En 1948, más de 3.000 años después, esa profecía se cumplió milagrosamente. Con razón la Biblia dice: “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”, Mateo 5:18.

Mientras más conozca de las profecías bíblicas que se han cumplido, más se convencerá de que esta es la Palabra de Dios santa e inspirada, y más confianza tendrá en ella en cuanto a la preparación para su destino eterno.

¿SON EXACTOS LOS DATOS CIENTÍFICOS DE LA BIBLIA?

Aunque la Biblia no es un libro de ciencia, sus páginas contienen muchos datos científicos.  Por lo general, a la humanidad le tomó siglos descubrir lo que la Biblia había declarado hacía mucho tiempo.

1).-En 1615, William Harvey hizo un descubrimiento que todos consideraron brillante: que la vida de toda carne está en la sangre. Pero, 3.000 años antes, la Biblia ya había afirmado: "Porque la vida de la carne en la sangre está", Levítico 17:11.

2).-En 1475, Copérnico descubrió que la tierra era redonda y que se sostenía en el espacio. Sin embargo, 2.000 años antes, la Biblia había proclamado: "Él está sentado sobre el círculo de la tierra", Isaías 40:22. Respecto a Dios, la Biblia también dice: "Él... cuelga la tierra sobre nada", Job 26:7.

3).-En la década de 1840, cuando Lord Rosse construyó lo que para entonces era el telescopio más grande del mundo, el hombre aprendió acerca del gran espacio vacío en el norte. Pero, mucho tiempo antes, la Biblia había anunciado: "Él extiende el norte sobre vacío", (Job 26:7).

Aunque la Biblia no es un libro de ciencia, científicamente es 100 por ciento exacta.

¿SON EXACTOS LOS HECHOS REGISTRADOS EN LA BIBLIA?

Sin duda usted ha escuchado a personas que se burlan de las famosas historias bíblicas. Quizá el relato del que más se han reído sea el de Jonás cuando fue tragado por un gran pez.

Tome en cuenta lo siguiente. En la edición de diciembre de 1992 de la revista National Geographic, el biólogo marino de la Universidad de Maryland, Eugenie Clark -que realizó extensos estudios acerca de los tiburones rhiniodon- confirmó en forma detallada casi todos los aspectos de la historia de Jonás. El profesor Clark escribió: "El singular sistema digestivo del tiburón rhiniodon ayuda a confirmar la historia de Jonás. Es fácil imaginar que alguien pueda ser tragado repentinamente por uno de estos tiburones…"

La historia de Jonás y el gran pez termina cuando éste "vomitó a Jonás en tierra" (Jonás 2:10). El profesor Clark dice: "Los tiburones tienen una forma no violenta de deshacerse de objetos grandes de dudosa digestibilidad que tragan accidentalmente. En un proceso conocido como eversión gástrica, el tiburón puede vaciar lentamente el orificio esofágico del estómago, volteándolo de adentro para afuera y empujándolo hacia la boca".

J. Sidlow Baxter, en su libro Explore the Book (Explore el Libro), relata lo que sucedió en un barco ballenero cerca de las islas Malvinas en febrero de 1891. Mientras dos pequeños botes auxiliares intentaban arponear a un enorme cachalote, uno de esos balleneros se volcó. Un pescador se ahogó y el otro, James Bartley, desapareció. Finalmente mataron a la ballena y la subieron al barco. Los marineros trabajaron todo el día y hasta el anochecer quitando la grasa de la ballena. Al día siguiente, quedaron desconcertados al observar señales de vida. Abrieron el estómago del gran cachalote y allí encontraron a James Bartley, encogido e inconsciente. Lo reavivaron con un baño de agua de mar, y a las tres semanas volvió a sus deberes cotidianos.

EL DILUVIO Y EL ARCA DE NOÉ

Por años los "expertos" se reían de aquellos que creían en el relato del arca de Noé y el diluvio mundial. Pero, los más inteligentes ya no se ríen. En 1959, un capitán del ejército turco examinaba unas fotos aéreas de su condado, cuando notó algo que tenía la forma de un barco, más o menos de 152 metros de longitud (el tamaño del arca de la Biblia), en la misma área donde la Biblia dice que reposó el arca. Muchas expediciones han llegado a ese lugar y las numerosas evidencias han convencido a un sinnúmero de testigos de que en realidad es el arca de Noé.

Como ve, no importa cuán increíble parezca ser una historia de la Biblia; si la Palabra de Dios dice que es verdad, entonces es verdad. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”, Juan 17:17.

¿SON EXACTOS LOS DATOS ARQUEOLÓGICOS DE LA BIBLIA?

Puesto que la Biblia menciona cientos de ciudades antiguas, reyes, etc., las excavaciones en esos lugares tendrían que revelar pruebas sólidas; de lo contrario, desecharíamos la Biblia como simple fábula. No se preocupe. Por medio de la arqueología se han descubierto tantos nombres, ciudades y eventos bíblicos, que la Biblia es vista como el documento histórico más importante que existe. De hecho, muchas ciudades perdidas se han hallado usando la Biblia como mapa.

Veamos un ejemplo. La Biblia se refiere más de 40 veces al gran imperio hitita. Sin embargo, hace 100 años no había ninguna prueba arqueológica que confirmara que ese imperio había existido. Los escépticos decían que era sólo "otro mito de la Biblia". Pero, en 1906, Hugo Winckler descubrió una biblioteca de 10.000 tablillas de arcilla que documentaban plenamente la existencia del imperio hitita perdido. La Biblia tenía la razón.

Podríamos dar cientos de ejemplos, pero la realidad es que los hallazgos arqueológicos constantemente confirman lo que la Biblia declaró hace mucho tiempo, y ningún hallazgo ha demostrado que alguna referencia bíblica sea falsa. Eso se debe a que la Biblia es 100 por ciento exacta en lo arqueológico.

¿SON EXACTOS LOS DATOS HISTÓRICOS DE LA BIBLIA?

Muchos eruditos reconocen la asombrosa precisión histórica de la Biblia. ¿Sabía usted que el nacimiento, la vida y la muerte de Jesucristo son hechos históricos confirmados? Un historiador judío (que no era seguidor de Cristo), más o menos por el año 93 d. C., escribió lo siguiente: “Más o menos por este tiempo estuvo Jesús, un hombre sabio, si es que es válido llamarlo hombre; porque él obraba prodigios... Atrajo a muchos judíos y a muchos gentiles. Era [él] Cristo. Y cuando Pilato, por sugerencia de los líderes entre nosotros, lo condenó a la cruz, aquellos que lo amaron desde el principio no lo abandonaron, porque él se les apareció vivo otra vez al tercer día, como lo habían anunciado los profetas divinos...”

Usted puede confiar en la Biblia en los asuntos eternos porque nadie puede negar su exactitud histórica.

¿POR QUÉ NO HA DESAPARECIDO LA BIBLIA?

Muchos afirman que la Biblia es un libro anticuado e irrelevante para hoy, pero la verdad es que es más popular que nunca. Se mantiene como uno de los libros de mayor venta, y todas las culturas sobre la tierra han sentido su influencia. Se ha traducido a más de 4.000 idiomas, y éstos aumentan con regularidad. ¿Por qué? Porque Dios prometió lo siguiente: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”, Mateo 24:35.

lunes, 26 de diciembre de 2011

¡Oh, primera Navidad!


Rev. Luis M. Ortiz

Después de tantos siglos hoy día es igual, unos vivimos y experimentamos día tras día el espíritu de la primera navidad, tenemos paz y buena voluntad conforme lo proclamaron los ángeles.

En el Cielo quedó un trono vacío, se ausentó el eterno Verbo, el amor del Padre lo planteó, “¿Quién irá por nosotros?” (Isaías 6:8). La obediencia del Verbo lo decidió: “He aquí, vengo” (Salmo 40:7). El ardor del Espíritu Santo lo ejecutó, “el Espíritu Santo vendrá sobre ti” (Lucas 1:35). Las huestes angélicas maravilladas cantaron: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14). “Dios con nosotros” (Isaías 7:14; Mateo 1:23); “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14).

En Belén se respiraba un ambiente de gloria, la pequeña aldehuela (aldea) vestía sus mejores galas por el anuncio angelical: “os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” (Lucas 2:10-11). En el pesebre la luz brillaba “y lo acostó en un pesebre” (Lucas 2:7). “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:9). En el palacio hubo turbación, miedo, envidia, odio, venganza, “el rey Herodes se turbó (…) se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños” (Mateo 2:3-16).

Después de tantos siglos hoy día es igual, unos vivimos y experimentamos día tras día el espíritu de la primera navidad, tenemos paz y buena voluntad conforme lo proclamaron los ángeles. Cristo está en nosotros, habita en nosotros, vemos su gloria, vivimos postrados en reverente adoración, pues vivimos en una eterna navidad. Lamentablemente otros, los más, moran en el palacio del orgullo y la soberbia, del pecado y la violencia, celebran una navidad completamente ajena al espíritu de la primera navidad, en vez de navidad celebran “vanidad”.

Pero así como fracasó Herodes en su cruel intento, fracasarán y perecerán todos los que ignoran, rechazan, desfiguran la gloria de la primera navidad. Mientras tanto, con el transcurso de los años, los siglos y los milenios, más se agiganta la figura excelsa y gloriosa de nuestro maravilloso Salvador Jesucristo.

En un mundo sediento Él es el agua de vida; en un mundo hambriento Él es el pan de vida; en un mundo extraviado Él es el camino; en un mundo en tinieblas Él es la luz verdadera; en un mundo de peligros Él es el buen pastor; en un mundo de pobrezas Él enriquece a muchos; en un mundo de enfermedades Él es el sanador; en un mundo de pecado Él es el perdonador; en un mundo de guerras Él es el príncipe de paz; en un mundo en crisis Él es la solución.

Hermanos, mantengamos la gloria y la sencillez de la primera navidad, excluyamos la vanidad de nuestra navidad, pues todo lo grande es humilde y todo lo humilde es grande. Que siempre vivamos en el espíritu de la primera navidad.