martes, 27 de marzo de 2012

La crisis ha cambiado el rol tradicional de padre



“No hay mal que por bien no venga” dice la psicóloga Juani Mesa, refiriéndose a la situación de desempleo que viven muchos padres de familia. Es que tal circunstancia puede traducirse en una experiencia positiva en la que los afectados ven con normalidad una vida familiar más repartida y en la que las labores se hacen de forma equitativa. Incluso, en muchos casos en que la mujer trabaja, los padres son quienes tienen que quedarse al cuidado de los hijos.

“Que un niño vea que su padre lo atiende, le dé de comer, o lo duche se normaliza cada día más” explica la psicóloga. Antes los padres estaban más ausentes y se dedicaban a sus empleos, pero ahora se da más la circunstancia de una responsabilidad compartida. Según Mesa, esto también es beneficioso para los niños puesto que interiorizan que una familia debe funcionar como una unidad en la que los deberes se reparten, lo que va a formar una generación más equitativa sin tener que realizar grandes esfuerzos y realizando todo desde la normalidad. “Lo que más educa es el buen ejemplo”, dice.

VENTAJAS DEL NUEVO MODELO


En referencia al hecho de que muchos padres puedan sentirse infravalorados por no tener un empleo asalariado, opina que no debería ser un problema porque siempre necesitamos aprender de nosotros mismos, ya seamos hombres o mujeres.

“El hombre que tiene una actitud amorosa hacia su familia hace estas labores con alegría. No tiene que causarles ningún trauma porque la virilidad no depende de un gran trabajo o un gran coche, ese es el error típico que ojalá tiremos a la basura” explica.

LEGÍTIMA AUTORIDAD

La psicóloga opina que estas tareas compartidas hacen que se fomente el verdadero modelo de familia, ese que ella define como un grupo de personas que se comprometen a cuidarse y a quererse, un grupo en el que las responsabilidades no deben delegarse en una sola persona sino en todos los miembros.

 En cuanto a al tema de la autoridad del padre, la experta reconoce que muchos hombres creen que lograrán respeto imponiendo el miedo al castigo. “Este es otro error, puesto que la verdadera autoridad y el verdadero respeto vienen determinados por la confianza y la credibilidad que tienen los niños hacia sus padres .

Cuando un hombre se dedica a cuidar de sus hijos, le conocen mejor y el respeto, en lugar de perderse, se incrementa porque lo ven como una figura cercana y no como aquel personaje distante que es, simplemente, el cabeza de familia que pasa el día trabajando”, asegura.

Esta situación que se está dando actualmente no sólo refuerza el vínculo de los padres con sus hijos sino también los lazos afectivos en la pareja. Además, las mujeres al verse en la necesidad de que sea el padre quien cuide de los niños por motivos laborales, aprenden a delegar las tareas en su compañero y a confiar en él para que realice las actividades cotidianas.

PROCESO DE ADAPTACIÓN 

En muchas familias se da una situación en la que las madres se relacionan más con las emociones, dando lugar a una figura más comprensiva, mientras que los padres suelen manifestar una autoridad que crea una barrera con sus hijos. Para la socióloga, Martha Jiménez, esto es un error, ya que tanto las madres como los padres deben crear vínculos de complicidad con sus hijos.

La principal recomendación de Juani Mesa es una actitud abierta ante esta situación para que pueda aprovecharse como una buena experiencia el hecho de ejercer, a plenitud, el rol de padre.

La psicóloga reconoce que conseguirlo requiere de un proceso de adaptación, pero que con empeño cada persona encontrará su lugar en la familia que, en la mayoría de los casos, conlleva responsabilidades compartidas y muy pocas individuales.


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