“Mi esperanza es contigo Señor. No seré abatido por sequedad o tormenta”. Esta fue una de las declaraciones hechas por el pastor de la Primera Iglesia Bautista en Henryville.
Miembros de la congregación se reunieron para alabar al Señor en uno de los pocos edificios que siguen en pie.
La mayor parte del pueblo quedó destruído… el colegio es un campo de escombros.
Melody Gayle, Residente de Henryville describe el panorama. “Es devastador, aún estamos en shock. No sabemos por dónde empezar”.
Toda la familia Babcock de Pekin, Indiana, murió por el tornado – madre, padre y sus hijos, incluyendo a Ángel de catorce meses.
“Afuera de estas paredes aún hay mucha confusión, mucho caos y mucha pérdida”, dice Cade Campbell, co pastor de la iglesia.
Pero, en medio de la pérdida… los milagros. El pastor Toby Jenkins lo confirma, “este tornado fue enorme y pudo haber cientos de fallecidos, sin embargo ese no fue el caso”.
Miembros de otra iglesia en Henryville también se aferraron a su fe. “Dios nos ayudará a superar esto”, declaraba uno de fieles en la congregación.
Durante la noche una tormenta invernal llegó a Henryville, Indiana. Los habitantes abatidos por el tornado tuvieron que lidiar con la nieve.
En West Liberty, Kentucky, una mujer oró fervientemente que el inminente tornado se alejara. Su casa se salvó. Pero la mayoría del pueblo no.
A lo largo del medio oeste, las casas sufrieron por la furia de los tornados. En Tellico Plains, Tennessee, un tornado de 300 metros de ancho dejó una enorme destrucción.
Brittany Kirkland, quien es voluntaria en Tennessee señala, “somos un pueblo pero en realidad actuamos como una familia ahora, cuidando de las cosas”.
Un tornado aspiró de sus casas a tres niños de esta familia en Carolina del Norte. Ellos fueron hospitalizados, pero ninguno tuvo heridas graves. Los doctores les pusieron un apodo especial.
“Los vieron y no podían creerlo. Les llamaron los bebés milagro”, dice Tyrone Stevens el padre de los pequeños.
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