Ashdod, una ciudad de un cuarto de millón de personas quedó desierta por dos días, a causa de los 160 misiles lanzados por grupos islamitas.
“Es una situación difícil, para la gente, para los niños, para los ancianos, para los débiles”, expresó David Dvach, director del Centro de Acción Ashdod.
El sistema antimisiles “domo de hierro”, intercepta 90% de los cohetes disparados contra la población, mientras la aviación israelí ataca concentraciones terroristas que se preparan atacar.
“Ellos están declarando que quieren destruir a Israel. Ellos no creen que el estado judío tenga derecho a existir. Así que no están contra Ashdod – donde estamos ahora – ni contra las ciudades del sur o el centro de Israel, si no contra la entidad Sionista, como la llaman”, agregó Tzipi Hotovely, una de los congresistas.
Tras varios días de ataques se acordó un cese al fuego. Sin embargo, el sur de Israel seguirá en un estado de alerta continúo.
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