sábado, 17 de diciembre de 2011

Una buena comunicación


Hay tantas dificultades en la comunicación, y lo que vemos mayormente en los hogares es una familia sin calor de hogar, porque los diferentes intereses y compromisos llevan al hombre a pensar en sí mismo.

Estamos en medio de una sociedad que ha perdido la capacidad para comunicarse. Cuando dos personas se conocen y comienzan a dialogar, encuentran cosas en común y se hacen amigas, aprovechan cada instante para hablar.

El pueblo de Dios, tiene una buena comunicación con el Dios soberano, porque a través de Jesucristo se abrió el cielo para nuestras vidas. Estamos ante una sociedad que se ha descrito como una sociedad o una cultura de violencia, y casi todo lo que se transmite es adverso, negativo. Uno de los factores que afecta nuestra sociedad es que no prestamos atención a la Palabra de Dios, si nos detuviésemos y prestáramos atención al mensaje de Dios, todo cambiaría.

Cuando un hogar es cultivado por las buenas relaciones, y éstas se mantienen, entonces hay buena comunicación. Cuando los padres se comunican afectivamente con los hijos. Cuando el esposo sabe hablar con su esposa. Cuando los empleados de una empresa se comunican con los compañeros de trabajo, se desarrolla un ambiente de armonía y respeto mutuo.

Si nos remontamos al pasado recordamos las costumbres tales como cuando la familia se sentaba a la mesa. Pero esas buenas costumbres se han derrumbado, son pocos los hogares que lo practican. Hoy día los hijos salen y la gran mayoría de los padres no saben dónde se encuentran. Cada cual parece caminar por su lado con una vida individualista.

Hay tantas dificultades en la comunicación, diferentes intereses, y lo que vemos mayormente en los hogares es una familia sin calor de hogar, porque los diferentes intereses y compromisos llevan al hombre a pensar en sí mismo; yo primero, yo segundo, yo tercero y si queda tiempo, yo después y no le interesa otra cosa, que su propio bienestar. Pero Dios no es así, Él es un buen comunicador, cuando hizo la pregunta ¿a quién voy a enviar para salvar al hombre? Se escuchó la voz del Hijo y dijo: “Yo voy a ir, porque quiero establecer la mejor comunicación con el hombre”.

El interés primario de Dios, era salvar al hombre y bendecir su vida. Por eso es que hay una buena comunicación del cielo a la tierra, porque el mejor comunicador es nuestro Señor Jesús. Y el mejor intérprete de la comunicación divina es el Espíritu Santo de Dios. Es triste ver una sociedad que ya no tiene compromiso con Dios. El compromiso principal del hombre es poder darle culto a Dios.

Las dificultades que están afectando la comunicación en la sociedad en la cual vivimos, nos preocupa por las perspectivas discrepantes, porque hay diferentes intereses, porque hay temperamentos opuestos que afectan la comunicación. Nunca vamos a encontrar dos personas que piensen igual, siempre habrá diferencias, porque lo maravilloso de Dios, es que no nos hizo a todos del mismo molde, ni del mismo color, ni de la misma estatura. Dios hizo una diversidad, porque si todos fuéramos iguales sería monótono. Lo lindo y lo maravilloso de Dios es que cuando diseñó al hombre, lo hizo dentro de ese marco de referencia divina conforme a sus propósitos, conforme a sus planes, y nos dio una personalidad, nos dio un carácter.

La Psicología dice que cada ser humano tiene su temperamento, unos son muy activos, dinámicos, otros más pasivos y calmados. Unos tienen una capacidad de razonar y de pensar y de hacer las cosas. Otros ven las cosas y no les estremece nada, cada cual tiene su temperamento. Los temperamentos opuestos van a afectar la comunicación porque en este núcleo llamado el matrimonio, el hombre tiene una forma de ser y la esposa tiene otra y cada uno trata de defenderse a sí mismo, utilizando ciertos términos que destruyen las buenas relaciones y la comunicación efectiva.

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