lunes, 19 de diciembre de 2011

Puesto los ojos en Jesús


Nuestra vista sólo ve lo terrenal y no lo espiritual; y si sólo ve lo terrenal no podemos depender de la vista en nuestra vida espiritual porque con nuestros ojos carnales no percibimos lo espiritual de Dios. "Porque por fe andamos, no por vista", 2 Corintios 5:7.
Dios le dio al hombre cinco sentidos vitales para su comunicación y beneficio personal; nos dio el oído para oír, la boca para el gusto, la nariz para el olfato, las manos para el tacto y los ojos para la vista. Se recuerda el 10% de lo que se oye, se recuerda el 90% de lo que se habla, se recuerda el 80% de lo que se hace manualmente, y se recuerda el 50% de lo que se ve; y aunque sólo se recuerda el 50% de lo que se ve, la vista es uno de los sentidos vitales que más usamos e influye en nuestra vida. Es a través de la vista que vemos el mundo y las cosas maravillosas que Dios ha hecho para nosotros; con la ayuda de la vista tomamos nuestras decisiones tales como: ¿Cuál casa comprar o que vestido nos ponemos o en qué dirección nos movemos? La vista forma parte de nuestras decisiones.

Así como la vista influye en nuestra vida terrenal, también puede influir en nuestra vida espiritual; pero ahí es que entramos en problemas porque nuestra vista sólo ve lo terrenal y no lo espiritual; y si sólo ve lo terrenal no podemos depender de la vista en nuestra vida espiritual porque con nuestros ojos carnales no percibimos lo espiritual de Dios. Por lo tanto como usamos anteojos para ver mejor, así lo necesitamos para ver lo espiritual. Para ver mejor necesitamos la FE, “porque por fe andamos, no por vista" (2 Corintios 5:7). ¿Qué es la fe?, “es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve", Hebreos 11:1; y más adelante dice: “Sin fe es imposible agradar a Dios", Hebreos 11:1,6.

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”, Hebreos 12:1-2.

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