miércoles, 14 de diciembre de 2011

El lenguaje del Amor


Las parábolas de Jesús. Historias que viven en nuestras mentes. Un estilo diferente de comunicación que empleó el Hijo de Dios para evangelizar. Una historia terrenal con significado celestial.


Estaba en una conferencia con un hombre llamado Gary Smalley que me contó que en estos días estaba  preparándose para escribir un libro sobre  la importancia de usar imágenes verbales o historias para comunicar la verdad a un nivel mucho más hondo que la que podemos transmitir con la pura comunicación de datos. Su proyecto apareció en un libro que lleva por título “El lenguaje del amor” y fue escrito por Gary Smalley y John Trent(**). La publicación nos ayuda a ver que nuestras mentes funcionan a una forma muy diferente a la que percibimos, cuando comunicamos simplemente la información de un asunto nos quedamos cortos y no hacemos el impacto que se supone que debe hacer la comunicación. El propósito de toda comunicación es el cambio; si queremos ver cambio en nuestras vidas y familias tenemos que aprender cómo comunicarnos, tal vez puedo ilustrar algo, contándoles lo que  Gary Smalley dice al principio de su libro.
Empieza relatando una historia real de una familia que llegó a una crisis y acabo separándose, lo que sucedió fue que el padre de familia literalmente perdió interés en su esposa e hijos. Se enredó con otra mujer y un día simplemente se fue; fue algo muy difícil para todos y cuando la esposa y su hija trataban de comunicarse con él no devolvía las llamadas o se quedaba tan solo un momento cuando venía a casa, incluso cuando ellas querían que se quedara un poco más, parecía que había cerrado toda comunicación. Entonces un día, sin saber el impacto o la  importancia de una parábola o historia, la hija le escribió a su padre una carta, la carta le llegó junto con otro montón de correspondencia que él empezó a abrir y a leer durante el almuerzo, cuando vio el nombre de su hija como remitente pensó que se trataba de alguna tarjeta de saludo, tal vez por su cumpleaños que había olvidado, pero lo abrió y leyó:

una carta del corazón
“Querido papá: Es tarde en la noche y estoy sentada en mi cama escribiéndote. Muchas veces he deseado hablar contigo durante las últimas semanas, pero parece que nunca hay tiempo para hablar cuando estamos solos. Papá, sé que estas saliendo con otra mujer y sé que probablemente tú y mamá nunca vuelvan a estar juntos.  Esto es muy difícil  de aceptar, especialmente al saber  de que tal vez nunca más vuelvas a vivir en casa, y Bryan y yo no podamos disfrutar de tu presencia como padre todos los días. Pero al menos deseo que comprendas lo que está sucediendo en nuestras vidas.  No pienses que Mamá me pidió que te escribiera. Ella no lo hizo. No sabe que estoy escribiendo, ni tampoco Bryan lo sabe. Simplemente deseo compartir contigo lo que he estado pensando.
Papá, siento como si nuestra familia hubiera estado viajando en un hermoso automóvil durante largo tiempo. Tú sabes, esa clase de coche que a ti te gusta que tu compañía te proporcione, con muchos accesorios opcionales en su interior y por fuera sin un solo rasguño. Pero con  el paso de los años el automóvil ha desarrollado algunos problemas. Echa mucho humo, las ruedas se balancean y el tapizado de los asientos se ha roto. Se ha tornado difícil conducir este vehículo a causa de todas las sacudidas y los bamboleos; pero aún sigue siendo un gran automóvil, o al menos, podría serlo. Con un poco de trabajo, sé que podría seguir marchando por muchos años.
Desde que tenemos este automóvil, Bryan y yo hemos ocupado el asiento de atrás, mientras tú y Mamá iban en el asiento de adelante. Nos sentíamos realmente seguros al tenerte a ti al volante y a Mamá sentada a tu lado. Pero el mes pasado Mamá tuvo que ponerse al volante. Era de noche y acabábamos de doblar en la esquina de nuestra casa. De repente, levantamos la vista y vimos otro automóvil fuera de control que venía en dirección a nosotros. Mamá trató de esquivarlo, sin embargo, el otro vehículo se estrelló contra nosotros. El impacto nos hizo salir del camino y chocamos con una columna del alumbrado. Justo antes del choque, Papá, vimos que tú eras quien conducía el otro automóvil. Y vimos otra cosa: a tu lado estaba sentada otra mujer.
Fue un accidente tan terrible que nos llevaron a todos a la sala de emergencia del hospital. Pero cuando preguntamos dónde estabas tú, nadie sabía. Todavía no estamos muy seguros de dónde estás, o si estás herido o si necesitas ayuda. Mamá se lastimó seriamente. Cayó sobre el volante y se rompió varias costillas. Una de ellas le perforó un pulmón y casi le atraviesa el corazón. Cuando el automóvil chocó, la puerta de atrás golpeó a Bryan. Estaba lleno de cortaduras a causa de los vidrios rotos y se quebró el brazo, así que ahora lo tiene enyesado. Pero eso no fue lo peor. Todavía sigue en un estado de shock y siente tanto dolor que no desea hablar ni jugar con nadie.
En lo que a mí respecta, fui despedida del automóvil. Permanecí allí en el frío durante largo rato con una pierna fracturada. Tirada en el pavimento, no me podía mover y no sabía qué les había pasado a Mamá y a Bryan. Sentía tanto dolor que no podía ir a ayudarles. Desde aquella noche, muchas veces me he preguntado si alguno de nosotros podrá reponerse. Aunque estamos un poquito mejor, todavía estamos en el hospital. Los doctores dicen que necesito mucha terapia en la pierna, y sé que podrán ayudarme; pero desearía que fueras tú quien me ayudará, en lugar de ellos.
El dolor es muy fuerte, pero lo que es peor aun es que todos te echamos de menos. Todos los días esperamos que vengas a visitarnos al hospital, pero tú no vienes. Sé que todo ha terminado; pero mi corazón estallaría de alegría si pudiera levantar la vista y verte entrar en mi habitación. De noche, cuando el hospital está en silencio, nos llevan a Bryan y a mí a la habitación de  Mamá, y los tres hablamos de ti. Hablamos de cuánto nos gustaba viajar contigo y de cómo nos gustaría que ahora estuvieras con nosotros. ¿Estás bien? ¿Tienes algún dolor a causa del choque? ¿Nos necesitas así como nosotros te necesitamos a ti? Si me necesitas, estoy aquí y te amo. Tu hija, Kimberly.
 Kimberly había tratado de decirle a su padre, por qué nos hiciste esto, por qué no vienes a casa, pero todo se le pasó de largo, pero cuando recibió esta nota y la leyó le produjo un cuadro mental del que no pudo escaparse y vio el cuadro del choque cada vez que tenía un momento para pensar. Ese cuadro le comunicó lo que estaba sucediendo en la vida de su hija y de su familia. Aun cuando no todas las historias tienen un final feliz, Kimberly y su imagen verbal fueron los medios para volver a reunir a la familia, la hija no se limitó simplemente a comunicarse con su padre, le contó una parábola y  le pintó un cuadro que lo llevó al núcleo, a la vida del hombre, al punto de que cambió totalmente.
Por mucho tiempo realmente nunca comprendí por qué Jesús puso tantas historias, si uno es predicador y no cuenta historias la gente empieza a reclamarle, si no tenemos cuidado podemos contar historias solo por el gusto de contarlas, pero las parábolas e historias e imágenes verbales son el medio más poderoso de comunicación conocido por el hombre, aparte de la dramatización o reproducción de una situación. No es sorpresa que Jesús que haya sido el mejor que contara historias, tenía verdad que quería depositar en los corazones de su pueblo para que nunca la olvidaran

historias vivas en la memoria
¿Sabían que Jesucristo fue el que mejor ha sabido contar historias de todas las demás personas que jamás hayan vivido en la tierra? Contó historia tras historia que siguen vivas en nuestra memoria. Las historias que contó Jesús a mi juicio no tienen rival, son verdaderamente las más grandes historias jamás contadas, uno puede olvidarse de muchas de las cosas que Él dijo, incluso uno podría olvidar sus mensajes, sus sermones, muchos de los cuales nos presentan en el libro de Mateo, pero es imposible olvidarse de algunas de las historias que Jesús contó, siguen vivas en nuestra mente y no podemos dejarlas en el olvido.
Si leen algún libro de historias de Jesús, verán a los pobres partiendo pan, remendando vestidos y barriendo el piso y verán a un rey marchando a la guerra y al rico con sus graneros al reventar y a la viuda pobre suplicando al juez que le ayude. Verán a dos deudores en contraste uno con otro, verán al fariseo y al cobrador de impuestos de pie en el templo orando, verán a Lázaro y al rico, cada uno a los lados del abismo del infierno comunicando su respectivo destino; hay rebaños y hatos, aves y flores. Hay un lugar solitario donde un hombre cayó en manos de ladrones. Hay un recodo al camino en donde un padre vio a su hijo volviendo a su casa después de haber estado en un país lejano.
Sí, las historias de Jesús viven y respiran a todo color en nuestras mentes. La primera de las historias, de las 7 que contó en Mateo 13, se refiere a un sembrador que salió a sembrar la semilla, después de que el Señor contó esa historia sus discípulos se le acercaron, estaban tratando de figurarse, ¿qué era lo que el Señor estaba haciendo? Es más, al mirar el versículo 10 verán que después de que Jesús terminó de contar su primera parábola, entonces, acercándose los discípulos le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? Esa es una pregunta muy interesante porque ellos no entendían por qué Jesús había adoptado este método de comunicar, lo que Jesús estaba diciéndoles era: “Voy a contarles una historia, y detrás del relato hay una verdad que ustedes necesitan oír”.
Alguien ha definido una parábola como una historia terrenal con un significado celestial; la palabra parábola quiere decir “colocado junto a” o “al lado de”. La idea de una parábola es tomar algo que se conoce y ponerlo al alcance, de modo de poder ilustrar algo que no se conoce, por cierto, de eso es lo que se trata la educación real, educación es explorar lo desconocido mediante lo conocido. Lo que Jesús hizo fue tomar cosas comunes de los aspectos ordinarios de la vida, cosas que los discípulos y los judíos conocían bien y contar una historia usando lo que ya sabían para poder enseñarles algo que todavía tenían que aprender.
¿Qué es lo que Jesús está haciendo? Estaba enseñando de una manera tal que si uno no sabe de qué está hablando, es como un código secreto, esto es lo que va a pasar, va a reunir a toda esa gente, les va a contar esas parábolas luego, después de que la multitud se disperse, los discípulos vendrán y él les dará la clave para el acertijo tan pronto como ellos comprendan. Será como si la verdad estallara en nuestras mentes, entonces comprenden que lo que Jesús les había dado es una gran verdad profética, esto realmente tiene que ver con usted y conmigo hoy, Jesús les explicó a sus discípulos: “porque a cualquiera que tiene se le dará y tendrá más, pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”. Este es el gran principio sobre el cual Dios opera en las vidas humanas hoy, esta es la llave maestra para su crecimiento espiritual, suena como si el rico se hiciera más rico y el pobre empobreciera más.

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